Jueces y políticos conjuntamente con Yunda atentan contra Quito: son óbice para su desarrollo y progreso

Jueces y políticos conjuntamente con Yunda atentan contra Quito: son óbice para su desarrollo y progreso

Por: Manolo Espinosa

Las fuerzas nefastas entre jueces y políticos corruptos, se han unido en estos dos años para depredar a Quito, atentando contra la integridad del Municipio capitalino y con ello convertirse en un óbice para el adelanto de nuestra querida y respetada ciudad, todo envuelto en la bruma de la picardía, “viveza criolla” y baja catadura moral del espíritu de Yunda.

En primer lugar los quiteños y el país entero nos sorprendemos a estas alturas, de que cada organismo tenga su propia ley, que por desgracia, son opuestas entre unas y otras. Palpable es el caso de la REMOCIÓN DE YUNDA, ejecutada por el Concejo Municipal que actuó apegado a la ley como manda el COOTAD y que el removido, debió acatar de inmediato tal decisión; eso sería en el caso de una persona honrada, que se respeta a sí mismo, respeta a los demás y por sobre todo, respeta las leyes, pero no en el caso de Yunda, quien desconoce esos conceptos y valores intrínsecos de lo moral.

Como segundo punto: Yunda, al no aceptar la decisión del Concejo Municipal, recurrió al TRIBUNAL CONTENCIOSO ELECTORAL, con la finalidad de encontrar respaldo en este organismo para que dejara sin efecto tal remoción. Pero no fue así, porque este tribunal ratificó la remoción en firme: al sentirse frustrado por esta decisión y no conforme con lo que él aspiraba, acudió desesperadamente a buscar refugio en la Jueza de Garantías solicitando “acción de protección” (jueza con dudoso procedimiento), y la Corte Provincial de Pichincha con “mayor autoridad” que otras Instituciones, anula el proceso de remoción contra Yunda, con lo que el removido vuelve a ser alcalde de Quito. Es risible, pero es así.

La interrogante es: quién manda a quién? , o son leyes distintas para cada institución que se contraponen a la verdad y realidad de las cosas. Por eso decimos, Quito no tiene autoridades, ni leyes que hagan prevalecer su existencia, puesto que sin garantías ningún organismo puede existir y como consecuencia se va a la deriva, razón por la que los quiteños, nos encontramos en una maraña de “dimes y diretes” totalmente desguarnecidos, a merced de delincuentes y corruptos, que pululan no en las cárceles sino en las ciudades. Y a propósito, no sería factible que en un centro penitenciario podamos encontrar a un PPL que sepa de leyes y haga justicia?.. De seguro allí lo vamos a encontrar.

Frente al caos y anarquía que vive Quito, las incapacidades y corrupción de jueces y más autoridades, para evitar que Yunda permanezca en esta ciudad, lo más práctico y conveniente para los quiteños sería, entregarle el municipio de Quito a Yunda, pero que se lleve a su pueblo para que con su BABY hagan de el lo que les plazca y asunto concluido, de esta manera nos evitamos tanto lío que genera su presencia en nuestra capital que hoy se halla polucionada por tanto acto inmoral.

Por último, lamentamos que el municipio capitalino sea el reducto de politiqueros que lo tiene dividido, totalmente fragmentado (como en ninguna época porque siempre ha sido respetado) en donde todos piensan en su tienda política y nada más, sin entender que fueron elegidos por un pueblo para asumir responsabilidades y luchar por el progreso de esta ciudad; por ese motivo, sería bueno que se preparen leyes expresas que dispongan que, para asumir un cargo de representación ciudadana, se desnuden de sus partidos, se distancien de ellos y cumplan nada más con las funciones a ellos encomendadas.