(O) OPINIÓN ! Basta ! Por: Alberto Salvador

(O) OPINIÓN  ! Basta ! Por: Alberto Salvador

El mundo retumbó el 8 de marzo, día dedicado a la mujer por la ONU, con sentidas demandas de mujeres de toda edad, condición social y étnica, por sus Derechos que han sido conculcados desde siempre. Presenciamos manifestaciones pacíficas, llevadas con altura, respetando los derechos de los conciudadanos, como debería ocurrir en toda protesta que busque reivindicaciones ante cualquier nivel de gobierno. 

Las mujeres son víctimas de desigualdades, inequidades y violencia de todas formas, que crece sin medida a pesar de las “garantías” escritas en papel, que no pasan de eso, cometiendo execrables crímenes contra niñas, adultas, discapacitadas y personas de la tercera edad, ante la mirada impávida de las autoridades.

Las diferencias surgieron, seguramente, desde el inicio de la humanidad, de manos de nuestros padres Adán y Eva. A partir de entonces, ha sido el ser humano quien ha moldeado las formas de vida según su entendimiento de lo bueno y malo, hasta llegar a nuestros días. La concepción de valores se ha ajustado a las múltiples culturas y subculturas, con avances limitados en derechos, mientras que la violencia ha crecido de manera incontenible, dejando una estela de sangre y lágrimas por doquier. No cabe duda de que el progreso de la ciencia y la economía mundial, han dejado muy atrás los graves problemas de discrimen hacia el sexo fuerte, las féminas.

Mas, no se trata de solamente lamentarse y expresar el dolor que esta triste situación nos produce. Las respetables manifestaciones que presenciamos deben hacernos reflexionar y detener nuestro camino para cuestionar sobre lo que hemos hecho y dejado de hacer, poniendo un alto a nuestra indolencia, que ha permitido tanto atropello. Quizás, el primer paso debe ser transparentar la dura realidad, que, con complicidad de muchos, está sumergida entre informes manipulados que disfrazan la realidad, con evidente pretensión de distraer la atención sobre los problemas de fondo. 

Es incomprensible que los medios de comunicación masiva den mucho más cobertura a los delitos “comunes” y hasta banales, que a atrocidades cometidas contra seres indefensos o más débiles que sus agresores.

En la provincia de Cotopaxi, las estadísticas antes de la ola de narco delincuencia que ahora domina el escenario, demostraban que los perjuicios a la sociedad eran diez veces mayores en aquellos originados en la violencia intrafamiliar, que en los delitos contra la propiedad. Los registros que llevan los entes competentes no dan la importancia y cobertura suficiente a la violencia contra la mujer, concentrando su atención en lo material, como robos, hurtos, riñas, tráfico de estupefacientes, etc. Por otro lado, la capacidad de reacción para socorrer a posibles víctimas de violencia de género es muy limitada en tiempos de reacción, capacitación y oportunidad.

La consecuencia de estas incapacidades es la frustración de quienes no sienten la protección de la fuerza pública, aislándose en angustia, sumisión y posiblemente exponiéndose a un estallido con desenlace fatal. Los oídos sordos no se limitan a la fuerza pública que debe tomar acciones oportunas; se extienden al poder judicial, entes de protección social, sistema educativo, salud, transporte e inclusive a la comunidad que les rodea, que mira en dirección opuesta para no comprarse problemas ajenos. Así es como sobreviven muchos núcleos familiares enteros, bajo el terror que les amenaza en su propio hogar. 

Las criaturas que crecen en este entorno no pueden escapar a llevar en su intimidad grandes distorsiones de valores, que tristemente podrían desembocar en conductas inapropiadas en su etapa adulta. En homenaje a todas las mujeres que adornan nuestro circulo familiar, debemos asumir de compromiso de dejar de ignorar y empezar a actuar.

¡PONGAMOS UN ALTO AL ABUSO!

(O) OPINIÓN 

! Basta !

Por: Alberto Salvador

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