(O) OPINIÓN "PARTICIPACIÓN CIUDADANA" Por: Alberto Salvador

(O) OPINIÓN     "PARTICIPACIÓN CIUDADANA"                 Por: Alberto Salvador

La participación ciudadana es una novedad que existe en la legislación ecuatoriana desde la constitución de Montecristi, como parte de la franquicia del socialismo del siglo XXI, además del Consejo Nacional Electoral y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Lamentablemente, a pesar de haber transcurrido 15 años de su vigencia, no se ha inaugurado su presencia en los gobiernos descentralizados, como su tercera función, que debe ejercer el control social y la rendición de cuentas. La Carta Magna, en su artículo 95, consagra el derecho ciudadano de manera individual y colectiva, a participar de manera “protagónica” en la toma de decisiones, planificación y gestión de los asuntos públicos.  

La ley de participación ciudadana amplía este derecho y concibe 17 formas de ejercerla, disponiendo que los gobiernos autónomos descentralizados, mediante ordenanza, dicten las respectivas normas de aplicación. Lo propio ocurre con el Código de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización. Debe tenerse presente, que una ordenanza no puede alterar los derechos establecidos en normas superiores como la Constitución y la ley de Participación Ciudadana.

Con estos antecedentes, el Concejo Municipal de Latacunga promulgó la ordenanza de Participación Ciudadana en 2011, estableciendo, entre otras, las normas que rigen la asamblea cantonal ciudadana, cuya primera convocatoria debía realizarla el Alcalde. Esto no ocurrió hasta DIEZ años más tarde, en la administración del doctor Byron Cárdenas. Pachakutik, interesado en proteger el cogobierno con Democracia SI, coptó la asamblea con la presencia de 200 activistas por vía virtual, designando al señor Iván Guerrero para un período de dos años. 

Transcurrió el período reglamentario sin pena ni gloria, con la vergüenza de ni siquiera haberse reunido por falta de quórum en un par de intentos.

Convocada al término del período bianual, apenas se logró el quórum y se eligieron los dignatarios que corresponden, encabezados por el economista Raúl Arias. Fue evidente, una vez más, la apatía de las organizaciones sociales y la ciudadanía en general, así como de los 200 personajes que solo aparecieron en la primera sesión, con claras consignas. 

Especial mención mereció la ausencia de Alcalde, Concejales, Gobernador, directores provinciales y zonales del Gobierno Central y otros funcionarios del sector público que son miembros permanentes de esta asamblea. Dudo que siquiera conozcan de este particular y peor que tengan el menor interés en ejercer la función con responsabilidad.

Para sorpresa de muchos, apareció un proyecto de ordenanza sustitutiva de participación ciudadana para reemplazar aquella vigente desde 2011, promovida por el concejal Javier Cajilema, quien en nombre de la comisión que preside, convocó a varios presidentes de juntas parroquiales y activistas universitarios para “sociabilizar” su proyecto, del cual se apartaron sus compañeros de comisión por no haber participado en dicho proyecto. Al día siguiente, el Concejo trató el proyecto y, para sorpresa de muchos, incluido el proponente, terminó en el archivo por decisión de siete concejales contra tres. 

Sorprendió la ausencia del concejal Cajilema y la utilización de la silla vacía por un activista universitario que parecería ser el elegido para presidir la pretendida reorganizada asamblea.

El resumen de este intento de sustituir la ordenanza, es la evidente intención de la clase política de meterle mano a la participación ciudadana y coptar la asamblea cantonal de participación ciudadana, por ser incómoda su dirigencia actual al poder municipal. Desde la ciudadanía, no podemos dejar de rechazar de manera enérgica esta pretensión y pedir a TODOS los actores políticos que saquen sus manos de esta función, Los cambios que son necesarios en la ordenanza vigente para corregir las manipulaciones que limitan los derechos ciudadanos, deben ser propuestos y discutidos por los propios ciudadanos, sin “ayuda” de políticos.

¡RESPETO POR FAVOR!

Por: Alberto Salvador

albertosalvador9@gmail.com