(O) OPINIÓN "PATRIA" Por: Alberto Salvador

(O) OPINIÓN  "PATRIA" Por: Alberto Salvador

Una vez que el presidente Noboa ha decretado el estado excepción y ha dispuesto a las Fuerzas Armadas que neutralicen a los grupos del crimen organizado transnacional, ha iniciado el despliegue de fuerzas militares y policiales por todo el territorio nacional para ejecutar la orden superior. La ciudadanía ha visto con beneplácito que se tomen estas medidas concretas para detener la ola de violencia, que nos ha colocado como uno de los países más violentos del mundo.

Habiendo iniciado las acciones militares que involucran un gran contingente humano y logístico, el ministro de finanzas demuestra justificada preocupación por el financiamiento de lo que dichas operaciones nos costarán. 

Para ello, el presidente ha remitido una propuesta de ley urgente a la Asamblea Nacional, que incluye elevar el IVA en 3 puntos, aspirando a recaudar $1.090 MM al año. Los partidos de oposición e inclusive los que pactaron con ADN, manifiestan su oposición, lo cual nos recuerda que estamos en año electoral y este tipo de decisiones no son bien vistas por la ciudadanía, aunque técnicamente tengan mérito.

Todos estamos de acuerdo que lo más cómodo sería ni hablar de más impuestos. Pero a la vuelta de la esquina, todos estamos reclamando por mano dura del gobierno, para detener esta amenaza nacional que no agobia. 

Entonces, debemos resolver, quien paga la cuenta. Además, por obvias razones, no se puede establecer con precisión el tiempo que puede durar el conflicto armado interno. La factura se extendería por el tiempo que permanezcan las circunstancias que demandan la presencia de las Fuerzas Armadas y consecuentemente, deberá ser financiada por igual período de tiempo.

El impuesto al valor agregado se considera de los más “justos” y menos probable para evasión. Cada ciudadano tributa en relación al consumo de bienes y servicios sujetos al impuesto. Por tanto, aquellos ciudadanos que apenas disponen de ingresos para subsistir, prácticamente no tributan IVA, puesto que alimentos y medicinas no están sujetos al impuesto. Como siempre, lo más apropiado en estos casos, es alejarse del análisis político y acercarse al técnico. 

En relación a otras fuentes de financiamiento, debería considerarse una pregunta adicional en la consulta popular próxima, encaminada a posponer por dos años el cierre de operaciones del campo Yasuní. Una tercera fuente es la focalización del subsidio a los combustibles, del que tanto se habla. La implementación es técnicamente factible, siempre y cuando se superen los obstáculos políticos, que imperan a la hora de tomar decisiones. 

Mientras que, las propuestas de otros legisladores hablan de elevar el impuesto a salida de capitales hasta 6%. Este impuesto, equivale a una devaluación del dólar y encarece la producción de bienes y servicios locales, que lo terminan pagando los consumidores. Adicionalmente, desmotiva a los potenciales inversionistas ecuatorianos y extranjeros que no tienen garantías de poder repatriar sus capitales el momento que así lo consideren, por lo cual la economía ecuatoriana adolece de carencia crónica de capitales. Tampoco es justo ni legal imponer tributos retroactivos hacia la banca ni otro sector, porque las leyes deben ser para el futuro y debilita la seguridad jurídica el imponer normas retroactivas. 

Todas estas carencias de recursos se podrían resolver de manera definitiva, si tuviéramos un proyecto de país que apunte hacia un crecimiento sostenido en el largo plazo, cuyo primer beneficiario sería el Estado. Mientras no logremos salir del estancamiento económico, viviremos buscando prestamistas de larguísimo plazo e incrementando impuestos más allá de la capacidad de tributación de los ecuatorianos. Debemos voltear la mirada hacia un modelo económico adaptado a nuestras condiciones y ponernos a construirlo, aunque estemos en medio de un conflicto armado.

SALVE OH PATRIA ¡MIL VECES! OH PATRIA

(O) 

Por: Alberto Salvador

albertosalvador9@gmail.com