(O) OPINIÓN Por: Coco Freire

GUAMBRAS MOCOSOS DE MIERDA, QUE HACEN AQUÍ AULLANDO COMO PERROS, mi nieto NO se llama Yuju Yuju; mi nieto, se llama Sixto Rafael Vizuete Toapanta.!!

Sentenció Doña Rosita. Abuela Materna del pelado en cuestión. Cuando fuimos a buscar a nuestro Camarada.

Vivíamos casi al frente del Hogar, Formado por Don Alonso Vizuete, recio ciudadano, de una calidad humana a toda prueba y de su cónyuge la Señora Manuelita Toapanta. Alma generosa siempre, aprendía el oficio de vivir el “Rajuel”.

Guambra nacido vivaz, chistoso, amiguero, visionario y hábil para todo, especialmente para patear la pelota, en la que fincaba sus alegrías y sueños.

Como queríamos distinguirnos de “chusos”, para no llamarnos con silbos u otras señas, acordamos tener nuestra propia forma de comunicación, así es que cada que nos necesitábamos, desde la calle, teníamos que pronunciar las palabras mágicas “YUJU YUJU” y responder con ese mismo código, para salir al encuentro de una nueva aventura infantil.

Rafico, que era desde pequeñito un “bullanguero” gritaba inflando sus pulmones de seis años. Yuju Yuju, citando a los panas, lo que era escuchado por toda la barriada de la calle Sucre, todos los días insistentemente, de ahí Don Jorge, le chanto el nombre del Yuju...!!

Tiempos inolvidables, en los que la señora Targelia, cobraba dos sucres la espulgada completa.

Que la María Cruz y la Señora Serafina, vendían mote y habas cafés. Cuando nuestras mamacitas ordenaban: “Compraras donde la Mama Cunshi, ella da yapado”.

Cuando el Pedro del Convento, cuidaba al “niño Alfonsito” sobrino de Monseñor Rector.!

Cuando llegaba la luz y no el agua.!

Cuando solo la señora Celinda, tenia un televisor y dependiendo de su genio y el de su esposo Walto, nos permitían ver esa maravilla de tecnología.

Desenvolvía, su transito existencial el Guambra de las mil habilidades. Hacedor de cometas, coleccionista de bolas de cristal, bueno para los deportes, Actor de todo drama y comedias de la escuela Santa Marianita de Jesús, Institución educativa que no pudo domar su espíritu inquieto y bonachón.

¿Para qué?, si queríamos aprender de la maestra vida y de los hombres y mujeres del Pueblo, que eran parte de ese realismo mágico, que adornaban nuestro Macondo criollo.

Arrecho, para lanzarle a la altura de San Sebastián, y recorrer todo el rio, hasta llegar antes de la casa del patojo Heriberto.

Yuju...Yuju...

Aquel muchacho ávido de aventuras e innato tumba mitos y prejuicios propios de la época. ¡¡Hacia su aparición siempre, para desmontar la fantasía y superar la realidad...!!

¡Si hasta nos bañamos en Semana Santa! Para ver si era cierto, eso de que se volvían pescados.

Mentira había sido.!

Ah. Ah.

Episodios maravillosos, irrepetibles. Pero guardados en la memoria de los hombres de hoy.

Poseedor del buen chiste y fino humor, integró el elenco de * Los Señores Payasos*!!

 El circo imaginario, que se montaba en fiestas y aniversarios, para alegrar a la masa golpeada por los avatares de la vida.

¡¡Camello que terminó, cuando llegó el Finalin y contrajo náuseas matrimoniales con una fémina de la localidad...!!

Maldito Finalin.!!

Compañero de aventuras del negro Iván, que a propósito en una de las clases de natación en el río del molino y como tocaba bañarse Lluchos.

Se descubrió, que éste, tenía un lunar, justo pero justo en la cabeza del pishco...

Otra vez, se le ocurrió al hijo de Don Alonsito, ir a pescar preñadillas, en compañía de su gallada infantil. Les fue Muy bien, cogieron como cincuenta especímenes.

Pero vaya decepción, cuando los pescadores, tomando una Vita cola en la tienda de la Victorita. les informaron que lo que traían consigo eran pilliguilles y no preñadillas!!

El Yuju, ordenó a sus compinches de aventuras. ¡¡Sacrificar la pesca!!

Desparramaron la misma en la vereda de la tienda, en plena plaza del pueblo.

Con piedras en sus manos, fueron moliendo, ¡vísceras y más de dichos ejemplares...!

Semejante Sol. ¡¡Hizo prácticamente que se impregnen en el cemento caliente de la vereda...!!

¡¡Como un mes duró el color negro y olores en la tienda!!

Jodida la Victorita y su vástago, en esa época no había pinoklin.

Fin de la Primera parte.

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