(O) OPINIÓN "REBELDIA" Por: Alberto Salvador

(O) OPINIÓN  "REBELDIA" Por: Alberto Salvador

Muy a pesar de muchos ecuatorianos, se acerca la hora de consignar nuestro votito en las urnas, por los elegidos para los gobiernos seccionales. La campaña ha sido apática, posiblemente debido a la preferencia por el mundial de futbol, las fiestas de Navidad y finde año, quedando apenas los treinta días previos al cierre de campaña, que resultan muy cortos para difundir la información sobre el ejército de candidatos, la mayoría improvisados y desconocidos. Pero las cartas están echadas y necesariamente serán elegidos sin pena ni gloria, un puñado de personas para manejar los destinos de Municipios y Prefecturas por cuatro años.

Es pertinente entonces, enfocar la atención en el menú de candidatos escogidos por las elites políticas, que son las “únicas” legalmente autorizadas para escoger a dedo, sin perjuicio de realizar seudo elecciones primarias, que no son sino un ejercicio de escritorio vía zoom para legalizar el dedo. Tampoco podemos, los simples mortales, objetar, impugnar ni reclamar el cometimiento de ilegalidades por las juntas electorales al calificar candidaturas, pues ese derecho está limitado para las elites políticas. Para completar la manipulación del proceso “democrático” que se avecina, debemos conocer que el método de asignación de escaños no representa la voluntad popular al asignar puestos en base a votación por listas, que han sido acomodadas por ya saben quiénes.

Dicho lo anterior, merecen un espacio de análisis los candidatos. Resaltando que los alcaldes y prefectos deben ser eminentemente “ejecutivos”, las más destacadas virtudes de los nominados deberían ser, precisamente, de ejecutivos. Deberían tener formación académica, experiencia, idoneidad para manejar fondos públicos, capacidad de manejar el entorno político que rodea la función y el Concejo. Complementariamente, deberían tener visión para entender los objetivos que deben aspirar los territorios del gobierno al que pertenecen. Esto involucra entender las competencias exclusivas y compartidas, las limitaciones presupuestarias, las complejidades laborales, legislación de compras públicas, liderazgo, capacidad de escuchar a los habitantes y conciliar sus aspiraciones con las facultades y posibilidades de su Institución.

La realidad es otra. Los improvisados candidatos por un lado, y los duchos repetidores por otro lado, se encargan de dedicarnos sendos discursos moldeados por asesores políticos que les “hacen decir” lo que espera escuchar el ingenuo pueblo, que inconscientemente pone su voto en subasta al mejor postor. La campaña que esta por fenecer, ha sido un concurso abierto de oratoria, donde prevalece el populismo y la demagogia, pues todos han prometido hacer lo que los angustiados ciudadanos les pidan, aunque no sea de su incumbencia, ni tengan idea de como financiarlo. En conclusión, todos nos han ofrecido maravillas, es el QUE, sin que ninguno haya hecho el ejercicio de COMO hacer posible su ejecución, especialmente el financiamiento. Evidencian desconocer sus competencias y los presupuestos.

Esta triste realidad nos lleva a cuestionar si se trata de desconocimiento de las facultades y limitaciones del puesto que pretenden, o de un acto deliberado de mala fe para engañar a los electores, “solo hasta conseguir el voto” para cristalizar sus sueños. Cualquiera de estas posibilidades, es igual de inaceptable. La ciudadanía merece respeto por parte de las autoridades electorales, los sujetos políticos y los candidatos. Debemos tener propuestas claras, sustentadas con ideologías bien definidas, mientras que la información sobre los candidatos debe ser amplia, documentada y transparente. Las hojas de vida deben ser lo primero que todos debemos conocer. Los partidos son responsables de los candidatos que proponen.

La realidad dista mucho de lo deseable. Solo nos queda REBELARNOS ante el intento de engaño que rodea las candidaturas y quitarnos las vendas puestas en nuestros ojos para escarbar en busca de la realidad.

¡SEAMOS VOTANTES REBELDES!

(O) OPINIÓN 

"REBELDIA"

Por: Alberto Salvador

Albertosalvador9(@gmail.com

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