Contrato de Internet de la cárcel de Cotopaxi develó al presunto mentalizador del crimen de Villavicencio

USD 500 mensuales se habría pagado por el servicio. La Fiscalía descubrió que los mensajes de Carlos A., vía WhatsApp, salieron desde una IP, cuyo servicio de Internet fue contratado a una empresa que no era CNT. 

Una vez que la fiscal Ana Hidalgo emitió su dictamen acusatorio y determinó que Carlos A. es el “mentalizador” del asesinato del excandidato presidencial Fernando Villavicencio, salió a la luz como desde la cárcel de Cotopaxi, usando el servicio de Internet de ese centro, el ahora procesado se contactó con los sicarios para planificar el crimen.

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Carlos A. fue identificado por la Policía Nacional como Invisible y pertenecería a una agrupación delictiva del mismo nombre que sería una facción de Los Lobos.

Él estaba detenido en la Cárcel de Cotopaxi pagando una condena por tráfico de armas, cuando se cometió el asesinato.

Como parte de las investigaciones, la Fiscalía en coordinación con Criminalística explotó los teléfonos de Carlos A. y de Johan C.

Ito como también era conocido Johan C. fue el sicario que disparó contra Villavicencio y murió cuando era trasladado a la Unidad de Flagrancia. Su muerte se registró el 9 de agosto del 2023, día que fue asesinado el excandidato presidencial cuando salía de un mitin en el Coliseo del Colegio Anderson, ubicado en el norte de Quito.

Conversaciones revelan cómo se planificó el crimen

La Fiscalía investigó la información de las conversaciones por WhatsApp que habría tenido Carlos A, una de esas con Johan C. para darle la orden de que acabe con la vida de Villavicencio.

En ese cruce de mensajes expuestos por la fiscal a cargo del caso, se conoció que Carlos A. le dijo a Johan C.: “bien, brother. Cuando usted lo vea, le pega. Confío en usted. Hágale”.

Luego del hecho, en cambio, en el teléfono de Johan C. se hallaron dos mensajes de audio, que habían sido borrados minutos después de su envío.

Es por este antecedente que la Fiscalía señaló a Carlos A. cómo quien ordenó el asesinato de Villavicencio, desde la cárcel de Cotopaxi.

Para determinar que esos mensajes y hasta un video salieron de dispositivos localizados en la cárcel de Cotopaxi, se analizó justamente la grabación realizada la mañana del 9 de agosto del 2023 a Johan C.

Los agentes revisaron el video e identificaron una habitación con una cama, un hombre con un metal en su mano y otro hombre acostado.

Posteriormente, al realizar un operativo en la Cárcel de Cotopaxi, el 30 de agosto del 2023, la Policía cotejó esas imágenes y determinó que era una habitación de una celda de ese centro de privación de la libertad en la que se encontraba Carlos A.

Con el fin de tener más pruebas, se realizó un análisis de perfilamiento genético a los implementos de aseo personal de Carlos A. como a su cepillo de dientes, rasuradora y peine. Los resultados arrojaron que esos objetos fueron utilizados por Carlos A.

Además, se determinó que el hombre que aparecía en el video con un metal en la cabeza era Luis P., otro detenido.

Análisis de WhatsApp

Por pedido de la Fiscalía, WhatsApp dio a conocer que los mensajes que se enviaron a Johan C., a través de esa red social, se dieron desde una dirección IP que fue provista por la empresa de Internet Mega Speed.

En la audiencia preparatoria de juicio, la fiscal Hidalgo dio a conocer que esa compañía certificó que el servicio de Internet había sido instalado en la etapa de máxima de seguridad del centro de privación de libertad de Cotopaxi.

Uno de los mensajes de Carlos A. a Johan C. se registró a las 17:33 del 9 de agosto de 2023, cuando el sicario de nacionalidad colombiana estaba a punto de asesinar a Villavicencio. El mensaje decía: “Confió en usted. Usted sabe controlar bien”.

El mensaje de Carlos A. salió justo desde su celda de la cárcel de Cotopaxi, ubicada en uno de los pabellones de máxima seguridad.

Luego de cometido el hecho, Carlos A. envió dos audios a Johan C. los cuales luego los eliminó. El primero a las 18:21 y el segundo a las 18:30.

Trascendió que la empresa de Internet Mega Speed que ofreció el servicio al centro de privación de la libertad de Cotopaxi habría sido contratada por Los Lobos para dotar de Internet a Carlos A., quien ocupaba las celdas 26, 27 y 28. Por el servicio se habría pagado USD 500 mensuales.

Esta situación fue cuestionada por Verónica Sarauz, viuda de Villavicencio, pues si el servicio de Internet para la cárcel de Cotopaxi fue contratado por la entidad para audiencias o estudios de los privados de la libertad, este debió ser contratado con la empresa pública Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT).

En ese sentido, mencionó que, si se autorizó a otra compañía proveedora del servicio de Internet, quiénes deben responder son los exdirectores del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI).

Desarrollo de la audiencia

Ayer, la fiscal Hidalgo realizó su dictamen acusatorio e hizo su anuncio de prueba testimonial, documental e instrumental.

Para hoy está previsto que las defensas de los seis procesados (Carlos A., Alexandra Ch., Erick R., Víctor F., Laura C., y Óscar F.), así como la parte ofendida presenten sus pruebas.

Luis Fernández, abogado de una de las hijas de Fernando Villavicencio, indicó que una vez que pase esa fase vendrán los alegatos por parte de la fiscal, de las defensas de los procesados y de la parte ofendida.

La fiscal insistirá en la acusación y los defensores de los procesados pedirán su sobreseimiento.

Lo expuesto por cada una de las partes procesales será analizada por la jueza Irene Pérez, quien decidirá si llama a juicio a los seis investigados o los sobresee.

Verónica Sarauz señaló que las seis personas deben ser procesadas en el grado de coautores y no solo dos. Se refería a Carlos A. y Laura C.

Laura C. conocida como La Flaca ayudó con la logística y el contacto con los sicarios para cometer el crimen de Villavicencio. Mientras, el resto estuvo a cargo de la vigilancia. Sin embargo, Sarauz añadió que no cabe duda que los autores materiales del crimen pertenecen a una facción de Los Lobos.

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Fuente/: Radio Pichincha