(O) OPINIÓN "FRAUDE" Por: Alberto Salvador

(O) OPINIÓN  "FRAUDE" Por: Alberto Salvador

Ha quedado atrás el último proceso electoral para elegir autoridades seccionales, Consejo de Participación Ciudadana y consulta popular. Sin embargo, se escuchan voces de reclamo sobre la legitimidad y transparencia, que no satisface a muchos. Un viejo adagio dice que cuando el rio suena, piedras trae. Y el rio está sonando fuerte. Esta inquietud nos lleva a reflexionar sobre las falencias que deben ser corregidas para futuras lides, precautelando la voluntad popular.

Fraude incluye toda práctica deshonesta llevada a cabo con la intención de causar daño o de privar a otro de sus derechos. Los procesos electorales en democracia buscan identificar la voluntad ciudadana, con sujeción a normas electorales que previamente se han establecido por ley. 

Así es como en nuestro país, se establecen normas en la Constitución, el Código de la Democracia y su Reglamento. Lamentablemente, estas normas son construidas por la clase política a espaldas del electorado y por tanto reflejan los intereses de grupo e individuales de quienes lideran esas agrupaciones, que cada día son mas débiles, ante la apatía y desencanto de sus afiliados, que ya no tienen interés en militar obedientemente para seguir los lineamientos de sus cabecillas.

Este circulo vicioso es el origen de las manipulaciones que desvirtúan la voluntad popular y es el primer paso para configurar un fraude, que se ajusta a la definición referida. Los electores no tenemos capacidad de veto de estas manipulaciones que se alejan de la trasparencia que la Carta Magna nos ofrece. Caso patético es “incapacidad de actuar de oficio por parte de las autoridades electorales” ante cualquier ilegalidad o incumplimiento de la ley o su reglamento, debiendo esperar que exclusivamente los “sujetos políticos” denuncien las irregularidades para dar trámite y quizás sancionar y corregir la falta.

Otras trampitas escondidas incluyen cumplir con porcentajes de mujeres, lo cual tiene una acomodada excepción en el caso de alianzas, por lo cual se viralizaron en todas las provincias y cantones. El cambio de método de votación por listas, coarta la libertad del electorado para elegir de la lista los mejores, siendo obligados a votar únicamente en plancha, favoreciendo exclusivamente a los privilegiados que ocupan el primer lugar de la lista escogida por el Partido. Mientras que, los impedimentos para ser candidato que se establecen en la Constitución, son modificados ilegalmente en el Reglamento a la Ley, incluyendo requisitos a gusto de los representantes de Partidos Políticos que ocupan el CNE. 

Pero ni siquiera se hace cumplir estas normas, como el numeral 10 del articulo 96 del Código de la Democracia, que obliga la presentación de declaración juramentada que el candidato no tenga impedimento por ninguna ley, lo cual no se cumplió por miopía y conveniencia de las Juntas Electorales.

Y que decir sobre los procedimientos para formular reclamos, objeciones, impugnaciones, etc. que se rigen por normas amañadas para limitar y entorpecer los procedimientos, pues se reservan para sujetos políticos, dejando de lado el Derecho de electores a denunciar e impugnar actos ilegales o irrespeto a las normas que deben garantizar la voluntad popular. 

Es penoso que el TCE no haya demostrado su capacidad para actuar en Derecho y sentar precedentes que fortalecerían la Democracia que, en 43 años de renacimiento, va en decadencia, gracias a los intereses de una clase política que solamente mira sus intereses y no deja de buscar mas beneficios.

Con este panorama, solamente podemos deducir que el FRAUDE que se escucha denunciar desde muchos rincones del país, separando algunos perdedores que buscan pescar a rio revuelto, es fraguado por la propia clase política, sin que exista autoridad superior que corrija estas distorsiones.

¡SAQUEN LAS MANOS!

(O) OPINIÓN 

"FRAUDE"

Por: Alberto Salvador