Comercio informal genera desorden, caos vehicular e inseguridad en Quito.

Comercio informal genera desorden, caos vehicular e inseguridad en Quito.

El comercio informal es una de las principales problemáticas en Quito. Desorden, caos vehicular e inseguridad son algunos de los estragos esta modalidad de trabajo en zonas de gran concurrencia de la ciudad.

En el norte de la capital uno de los sectores más afectados es la avenida Amazonas y Naciones Unidas. El sector conocido como el Centro Financiero se ha convertido en un punto clave para comercializar productos de toda índole.

No obstante, a este situación se suma el irrespeto a las normas y señales de tránsito. En el bulevar decenas de motocicletas ingresan en contra vía dificultando la movilidad a los peatones y exponiéndolos a múltiples accidentes.

Además, lo productos son colocados en casi toda la acera, obligando a los ciudadanos a circular por la calle. Y este ambiente ha fomentado la inseguridad, según ciudadanos.

Por ello, los habitantes y ciudadanos que circulan a diario por la zona piden una mayor intervención de las fuerzas del orden. Mientras que los comerciantes no regularizados consideran como una solución factible su reubicación en el parque La Carolina.

Los transportistas se suman a esta caótica situación pues ocupan los espacios de forma incorrecta para brindar sus servicios. A pesar que en la calle Corea existe una parada de taxis, los conductores prefieren ubicarse en la vía principal causando mayor carga vehicular.

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Mercados y lavadoras de autos en calles
En el sur de Quito, compuesto por 36 barrios, la situación no es diferente y, por el contrario, existe una mayor presencia de comerciantes informales. Venta ropa, alimentos, lavadoras de autos y otros servicios ocupan la mayor parte de las aceras en diferentes zonas.

Ropa, artículos de aseso y alimentos son colocados en diferentes calles del barrio Nueva Aurora sin ningún control sanitario. Escenario que no solo complica el tránsito vehicular y la circulación del peatón sino que también se convierte en un foco de inseguridad.

El ambiente se repite en la calle Manuel Coronado, ubicada en el sector de Chillogallo. Aquí los múltiples comerciantes ha desplegado un mercado informal. «Se ubican en toda la vereda e interrumpen el tráfico. Es un peligro. Necesitan trabajar pero hay que ubicarlos en otro lugar», dice Fabiola Núñez, ciudadana.

Y en el sector del Atacazo, las veredas se han convertido en lavadoras de autos improvisadas. Mangueras y baldes impiden la libre circulación peatonal, obligando a los ciudadanos a transitar por la calle.

Al notar la presencia de las cámaras, en el lugar existe incomodidad en los trabajadores, quienes evitaron confirmar si contaban con los permisos y solo afirmaron que solo están trabajando.

La avenida Maldonado, en el sector del Centro Comercial El Recreo, es otra de las zonas conflictivas. Aquí los taxistas se detienen para recoger a los pasajeros y complican la circulación vehicular.