La Batalla de Pichincha fue un enfrentamiento bélico ocurrido el 24 de mayo de 1822, entre el ejército independentista comandado por el general Antonio José de Sucre y el ejército realista dirigido por el militar español Melchor Aymerich.

El enfrentamiento, llevado a cabo en las faldas del volcán de Pichincha, fue decisivo para la independencia de Quito y todas sus provincias, dando como resultado la formación de la República del Ecuador.

Origen de la Batalla de Pichincha

Los hechos que ocasionaron la batalla estuvieron influenciados por los movimientos independentistas en el año 1810, y que pedían la liberación de las colonias españolas en América.

En Ecuador, para el año de 1809 se había instalado la primera Junta de Gobierno autónoma en Quito. Más tarde, en 1820 la ciudad de Guayaquil declara su independencia del dominio español ayudados por los ejércitos criollos o independentistas, entre los que estaban militares peruanos y venezolanos liderados por el general Simón Bolívar.

El 11 de enero de 1821, Bolívar nombra en la ciudad de Bogotá a Antonio José de Sucre como comandante del Ejército del Sur.

Posteriormente, Sucre fue enviado a Guayaquil en sustitución del general José Mires, asumiendo la misión de que la provincia de Quito se incorporase a la República de la Gran Colombia, para conseguir con esto, la liberación de la ciudad y su independencia del Imperio español.

Desarrollo de la Batalla de Pichincha

La campaña de liberación del Ecuador habría comenzado con los movimientos estratégicos de Sucre quien lideraba al ejército patriota. A mediados de mayo de 1822, Sucre se acercaba a Quito, sabiendo que las tropas del ejército realista, comandados por el general español Aymerich avanzaban rápidamente a su encuentro.

Esto obligó a Sucre a flanquear al enemigo por las laderas del Cotopaxi y en condiciones climáticas nada favorables.

Los españoles al enterarse de la estrategia de Sucre, se replegaron en Quito ocupando las principales calles y entradas de la ciudad.

En la mañana del 23 de mayo, el comandante Sucre a cargo de 2.971 soldados, la mayoría de ellos habitantes y campesinos de las poblaciones cercanas, escalaron el volcán de Pichincha para sorprender a los españoles en un frente diferente.

La estrategia fue descubierta por los españoles quienes divisaron el avance de los patriotas. Aymerich, con 1894 hombres, dio la orden de enfrentar a Sucre ascendiendo a la montaña de manera rápida, sin embargo, este lugar era poco conveniente para efectuar cualquier jugada militar.

El Batallón de Albión

Las tropas de ambos bandos fueron enviadas paulatinamente; los batallones criollos de Paya, Trujillo y Yaguachi, comenzaron a replegarse por las pobres condiciones del terreno y por las bajas sufridas en sus filas.

Más tarde, el batallón de Albión, formado por soldados británicos al servicio de los criollos, se incorporó a la batalla. Los albiones, eran indispensables para ganar en Pichincha, por sus municiones y experiencia en campos de guerra. Su intervención fue decisiva en el resultado final.

El batallón, había conseguido una posición privilegiada respecto a las tropas españolas, se encontraban geográficamente más arriba que estos, lo que les generaba una ventaja militar única.

La lucha entre ambos contrincantes produjo bajas masivas al ejército español, rompiendo su línea, su estrategia y obligándolos, finalmente, a capitular de manera oficial dos días más tarde: el 25 de mayo de 1822.

Consecuencias de la Batalla de Pichincha

Con la capitulación del general español Melchor Aymerich, los patriotas comandados por el general Antonio José de Sucre pudieron entrar a la ciudad de Quito y declarar la independencia.

Quito era la ciudad más importante y estratégica en Ecuador para sellar su autonomía como nación, gracias a esto, Bolívar pudo entrar victorioso a la ciudad un mes después de la batalla y así, intentar consolidar su proyecto político llamado La Gran Colombia.