Cóndor Andino encontrado muerto en los páramos de la provincia de Napo

Datos de Interés:

• Según el Código Orgánico Integral Penal (COIP) en su artículo 247 señala: Delitos contra la flora y fauna silvestres, el cual especifica una sanción con pena privativa de libertad de uno a tres años, de acuerdo a la vulnerabilidad del espécimen.

• De acuerdo con Fundación Cóndor Andino, podrían quedar menos de 130 individuos de cóndor andino en Ecuador siendo sus principales amenazas: la cacería, envenenamiento, pérdida de su hábitat y presencia de perros que deambulan sin supervisión o abandonados en los ecosistemas.

Con gran consternación, Fundación Cóndor Andino, en estrecha colaboración con el Parque Nacional Antisana y el Zoológico de Guayllabamba, comunica el desgarrador fallecimiento de una hembra adulta de

cóndor andino, un suceso que golpea los corazones de quienes dedicamos nuestras vidas a la conservación de esta majestuosa ave, símbolo de los cielos andinos de Ecuador.

El triste hallazgo ocurrió la tarde del domingo 7 de abril del presente año, cuando estudiantes de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, participando en práctica pre-profesionales en el área protegida, encontraron el cuerpo del cóndor durante una actividad de monitoreo de avifauna. Este hecho no solo representa una pérdida individual sino un severo revés en la lucha contra la extinción de la especie. 

Al amanecer del 8 de abril, un equipo especializado de Fundación Cóndor Andino, formado por veterinarios, biólogos y comunicadores, llevó a cabo una meticulosa inspección del lugar. El cóndor fue encontrado en posición decúbito ventral (boca abajo), lo que movilizó al equipo a delimitar y examinar la escena con el máximo respeto y rigor científico, recolectando evidencias que ayuden a esclarecer las circunstancias de su muerte.

Posteriormente se trasladó el cuerpo hasta el Zoológico de Guayllabamba, en donde con ayuda de sus profesionales veterinarios se realizaron estudios detallados incluyendo radiografías que revelaron al menos 15 perdigones en el cuerpo, un hallazgo preocupante aunque no determinante como causa de muerte. Este cóndor, como muchos antes, llevaba las cicatrices de la interacción humana, evidenciadas en los perdigones encapsulados en su cuerpo, sin heridas recientes visibles que explicaran su trágico final. 

Las investigaciones continúan para determinar la causa exacta de la muerte, considerando posibles factores como colisiones con tendidos eléctricos, envenenamiento por plomo o agrotóxicos, teniendo en cuenta que el cadáver fue encontrado bajo una línea eléctrica. 

Fundación Cóndor Andino, ha documentado 137 casos de afectación a cóndores entre 1970 y 2022, donde el 66% de las muertes fueron por envenenamiento y el 17% por tiroteos. Esta tendencia subraya la necesidad urgente de acciones de conservación más efectivas y de colaboración entre entidades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general.

Este evento nos recuerda dolorosamente que cada cóndor que perdemos no es solo un individuo, sino parte integral de una comunidad que lucha por sobrevivir contra crecientes amenazas. La población estimada de cóndores andinos es alarmantemente baja, con menos de 150 individuos registrados en el último censo de 2018, lo que representa una fracción de lo que alguna vez surcó nuestros cielos.

Desde Fundación Cóndor Andino, extendemos una invitación a la comunidad a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones y a colaborar en la preservación de esta especie que, una vez perdida, dejaría un vacío irremplazable en nuestros ecosistemas y en nuestra identidad cultural.

--Sobre la Fundación Cóndor Andino Ecuador--

La Fundación Cóndor Andino Ecuador es una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación del cóndor andino y otras especies en peligro de extinción en Ecuador. A través de la investigación, educación y colaboración comunitaria, trabajamos incansablemente para proteger a la biodiversidad del Ecuador y promover una coexistencia armoniosa entre la vida silvestre y las comunidades locales.

Fuente/: Fundación Cóndor Andino

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